¿TÉCNICOS O SABIOS?
(Reflexión)
El Hermano Goethe hizo decir a su Fausto: “En el principio fué la Acción”…
La invención del arado con ruedas o la adopción del estribo, como medio de asegurar la estabilidad del jinete sobre su montura, fortaleciendo la capacidad de ataque de los caballeros, fueron logros técnicos que no parecen atribuídos ni atribuíbles a lo que entendemos por hombres “sabios”. La brújula y la pólvora, conocidas por los antiguos chinos, adquieren valores funcionales nuevos. La redondez de la Tierra, demostrada especulativamente por los griegos, dejó de ser un conocimiento archivado y condenado para convertirse en incentivo de viajes y descubrimientos transformadores de la sociedad occidental. La puesta en marcha de todas estas cosas amplió el horizonte mental de hombres inteligentes, dando paso a la aparición de supuestos nuevos “sabios”.
Los descubrimientos puestos en marcha por las técnicas, que se difunden con especial brío a partir del Renacimiento, marcan la apertura hacia nuevos horizontes que caracteriza el desarrollo social de Occidente hasta nuestros días, pasando por la creación del moderno Estado de Derecho, como superestructura encauzadora del quehacer colectivo con arreglo a principios de convivencia concretados en leyes democráticas. En ese trayecto, hemos llegado a otro momento crítico con lo que viene llamándose el “postmodernismo”.
En el largo proceso de gestación de lo que llamamos el mundo moderno occidental, se combinaron el sentimiento de superación, implícito en el mesianismo judío y en el evolucionismo gnóstico-pitagórico, que constituyen el sustrado del cristianismo, con el espíritu crítico de la Grecia clásica, haciendo del hombre la medida de todas las cosas.
Los masones nos proponemos ser “constructores” y bien podemos decir que nuestra técnica se plasma en el Arte Real. Como Tubalcain, somos hijos de la Acción y, por lo tanto, utilizamos instrumentos de medición y ajuste aplicando la técnica capaz de conducir al logro de una construcción armónica. Pero la construcción masónica representa un compromiso final con la Sabiduría, ya que, analizando e imitando los parámetros de la Gran Arquitectura Universal, intentamos ir transformando nuestra manera de ver y de actuar.
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