SIN RODEOS: POR QUÉ SE ES MASÓN
Lo esencial de la iniciación masónica se halla en los dos primeros tramos de nuestra singular utopía...
El primer grado subraya la necesidad del autoanálisis, del conocimiento progresivo de uno mismo como premisa para el conocimiento de los demás y de la naturaleza: “conócete a tí mismo”.
El segundo grado nos invita a profundizar cuanto nos sea posible en ese conocimiento a través de las ciencias utilizando utensilios-prótesis simbolizados por la plomada, la escuadra, la regla, etc. y subrayando nuestro compromiso con el propósito de fraternidad universal masónico que ha de PATENTIZARSE en nuestro comportamiento dentro y fuera de nuestros talleres. La ética masónica ha de ser consecuente con ese propósito de Fraternidad.
El universo de la humanidad se ha ido ampliando a lo largo del tiempo en la medida en que las ciencias, cuyo estudio se consigna como tarea del Compañero masón, nos van mostrando gradualmente lo que hay tras las apariencias, estimulando la razón.
Los posibles contenidos de los símbolos fundacionales utilizados en las logias europeas del siglo XVIII se amplían en función de nuestro avance en el conocimiento de la naturaleza.
No me parece impensable que en nuestro segundo grado, junto a Confucio, Platón o Aristóteles, pueda ilustrarse la historia del pensamiento iniciático mencionando como referentes también a Baruch Espinosa, Emanuel Kant, Charles Darwin, Albert Einstein o Max Plank, entre otros.
Un notable poeta francés del siglo XX (Paul Eluard) decía que “hay otros mundos, pero están en éste”.
La búsqueda de lo que nos trasciende, lo que muchos consideran Metafísica, no puede ignorar lo que nos está aportando la Física de nuestro tiempo en todos los niveles del conocimiento, tanto en lo científico como en sus consecuencias especulativas o filosóficas.
Hagamos perdurar lo esencial de nuestra Tradición masónica transmitiendo el fuego que alienta la búsqueda de lo "trascendente" para mejorar el mundo en el que vivimos, trabajando juntos por la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad como principios éticos universales.
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