EN EL CENTENARIO DE SARAMAGO
<< Estamos celebrando el centenario del nacimiento del escritor portugués José Saramago, un hispano no español, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1998 por su capacidad para “volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía”…
….Aun cuando Saramago pensaba que los dioses son creación de la mente humana, le preocupaban los efectos del “factor Dios” —título de uno de sus más célebres y celebrados artículos—, que está presente en la vida de los seres humanos, creyentes o no, como si fuese dueño y señor de ella, se exhibe en los billetes del dólar, ha intoxicado el pensamiento y ha abierto las puertas a las más sórdidas intolerancias.>> ( decía recientemente Juan José Tamayo, teólogo cristiano, en prensa diaria)
REFLEXIÓN PERSONAL:
Saramago publicó, en 1991, su novela “Evangelio de Jesucristo”, que fué calificada por la autoridad competente (del”Estado laico “ portugués) como ofensiva para los sentimientos religiosos del pueblo llano…(¡en 1992 !).
Pero la Academia sueca le otorgó el Nobel en 1998 a pesar de ser ateo convicto y comunista activo…
Los humanos nos hemos preguntado siempre por las causas de lo que percibimos ESTABLECIENDO ANALOGÍAS con lo que ya conocemos o creemos conocer.
Si cae un rayo, es porque alguien, con una voluntad semejante a la nuestra, quiere que eso ocurra: ya tenemos un "dios" como primera respuesta.
Y así irán surgiendo numerosos dioses y también numerosas dudas, hasta comprender que, a su vez, todas esas divinidades habían de tener también una causa.
Esa gran Causa común desconocida sería algo así como una Energía cósmica, con lo que esa intuición abriría paso a la Ciencia. Las explicaciones religiosas fueron la primera respuesta a lo que hoy reconocemos como inquietudes científicas.
La búsqueda de lo que nos trasciende sería la clave de lo que se viene llamando "espiritualidad".
Personalmente rechazo la ambigua calificación de “agnosticismo” para definir la falta de conocimiento respecto a la posible existencia de un dios-persona antropomorfo, que siendo fruto de una inquietud muy justificada lo es también de la ignorancia ignorada de la Física universal.
Subrayamos el misticismo implícito en esa búsqueda de lo que nos trasciende, sin excluir a un San Juan de la Cruz, a un Leonardo, a un Benito Espinosa… o a un José Saramago junto a miles de “buscadores”aparentemente tan distantes entre sí.
Comments