El 15 de mayo de 1980, un reducido grupo de personas se reunió en Barcelona y fundó la Gran Logia Simbólica Española, apenas un año después de que la Audiencia nacional dictaminase que la Masonería debía ser legalizada en España. Acaban de cumplirse 41 años de aquella jornada.
Es muy probable que, entre nosotros, no quede nadie ya de aquel lejano tiempo. Las personas han cambiado y la organización también, pero los principios y los valores que defendemos, por los que trabajamos todos los días, siguen siendo los mismos.
Este es el segundo año consecutivo que, por culpa de la pandemia, nuestra celebración de aquella fecha se hace “con sordina”, con el corazón y, si acaso, virtualmente. Pero se hace. Y con toda probabilidad esta será la última vez que no podamos reunirnos para brindar masónicamente por el heroico pasado, por el trabajoso presente y, sobre todo, por el futuro, que es nuestro principal trabajo y nuestra más importante ilusión. A otros, el virus les ha servido de pretexto para “descansar” y tomarse unas largas vacaciones masónicas. A nosotros no: no nos hemos detenido ni un segundo y hemos echado mano de nuestra imaginación, de nuestra voluntad y de nuestro compromiso.
Así que la mejor manera de celebrar nuestro cumpleaños es la misma de siempre: trabajar, y trabajar por el engrandecimiento de la Masonería, y por un mundo más libre, más igualitario, más fraternal y más justo.