Leí en un perfil la siguiente frase:
“Donde se prohíbe a Tchaikovsky, se escuchará a Wagner”…
... y seguro que los entendidos en música clásica me darán razones “estéticas” u otras razones para escuchar a uno y a otro, pero desde un punto de vista sociológico, la frase contrasta, desde una perspectiva actual, a Tchaikovsky como miembro del colectivo gay, ya que efectivamente lo era, versus Wagner como heredero de la corriente idealista pesimista que une en una misma línea a Hegel, Feuerbach, Marx, Freud y Nietzsche, y que culmina en el autoritarismo nacionalista alemán, que luchó entre otras cosas (y sigue luchando) ante todo lo que es diverso, diferente, y que persiguió activamente la homosexualidad.
Seguramente Wagner no persiguió a nadie, pero se “lo culpa” de que su música fue una arenga hacia ese régimen.
@ Olga Vall