Rebelión Masónica en Cuba: Masones Rechazan al Gran Maestro Impuesto por el Gobierno
El conflicto entre los masones cubanos y el gobierno ha alcanzado un nuevo punto crítico con la restitución de Mario Alberto Urquía Carreño como Gran Maestro del Supremo Consejo y la Gran Logia de Cuba. A pesar de la decisión gubernamental, los masones han expresado su rechazo contundente, acusando a Urquía Carreño de robo y traición.
La Dirección de Asociaciones del Ministerio de Justicia (MINJUS) de Cuba impuso a Urquía Carreño en el cargo, desestimando la voluntad de la mayoría de los masones, quienes habían decidido apartarlo tras la desaparición de 19,000 dólares de su oficina en enero pasado.
Esta acción ha sido vista por los masones como una imposición autoritaria que socava los principios democráticos de la fraternidad.
Una fuente interna reveló a Cubanet que "muchas logias están planeando no reconocer a Urquía Carreño y comunicar esta decisión al Registro de Asociaciones del MINJUS".
El sentimiento de rechazo es generalizado, y la fuente añadió que "existe un desconcierto significativo, pero también una determinación unánime de no aceptar a Urquía como líder".
El descontento ha llevado a varios masones a tomar medidas drásticas.
Karel Miralles Sánchez, un destacado maestro masón, se plantó en el edificio de la Gran Logia como acto de protesta, exigiendo la renuncia formal de Urquía.
"Estoy ejerciendo mi derecho a la protesta, uno de los primeros derechos que me fueron conferidos al iniciarme en esta augusta institución", declaró Miralles Sánchez en un video.
Otros masones han manifestado su intención de renunciar a sus cargos si Urquía no se aparta voluntariamente.
Un miembro de la fraternidad, que prefirió mantenerse en el anonimato, dijo que "una mayoría abrumadora no desea que siga guiando nuestra fraternidad quien es responsable de la pérdida de un dinero donado para ayudar a hermanos en desgracia. Nada que se imponga puede funcionar en un sistema democrático como el nuestro".
La situación ha generado sospechas sobre la intervención de la Seguridad del Estado.
Un masón expresó que "está jugando con fuego. Este puede ser el impulso que necesitamos los masones para liderar los cambios que Cuba necesita".
Trabajadores de la Gran Logia de Cuba han presentado su renuncia como símbolo de desaprobación, y el conflicto continúa escalando.
La comunidad masónica cubana está en un punto de inflexión, y la forma en que se resuelva esta disputa podría tener implicaciones significativas para su futuro.
En marzo, Urquía Carreño ya había sido expulsado de la sesión semestral de la Alta Cámara, lo que subraya la profunda división que su liderazgo ha generado dentro de la fraternidad.
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